Muchas gracias a
Sebastián Gálvez (de la noble estirpe de los Cassaró) por entregarnos esta
misteriosa pieza perdida de su colección privada:
UNOS VERSOS PARA SYLDYA
(del inédito “Poemas Científicos o Balada para una Joven
Sintética” (1888) de Nikola Tesla. Traducción del latín a cargo de Marcos
Lester Deza Guzmán, a.k.a. Mark Lester):
I
Si fueras piel,
Simple piel (*)
Nacarada o salina
Como playas
Que han de encontrarse
Siguiendo la ruta
De un pergamino
Versado en geografías
imposibles,
Si fueras tan sólo
La suave dermis
estudiada
En retratos de una
Italia Legendaria,
¡Si fueras incluso!
aquel cutis,
Ese continente,
Magno preludio
De una simetría compacta,
Irremediablemente
celeste,
No hallaría en ti
El gozo obtenido
Al tomar vuestra mano,
Cuando al despojarla de
su funda
Celebro la avasallante
Realidad de los
artificial.
(*) Lo que revistió a
Pandora y Adán bajo el sello de Antiguos Estandartes.
II
Muéstrame aquellas
quimeras,
Cautivos de un plano
allende a esta tarde
Muéstrame a esas, tus
dulces apariciones
Antaño, en una infancia
ya casi dorada,
Extraños heraldos de
tristeza, compasión
O terror.
Muéstrame los designios
inmersos
En tantas texturas de
éter,
Pueda que el
pensamiento volátil
De algún desconocido
pariente
Logre llevarnos a La
Caverna donde
Las sombras sueñan y
esperan
Al caudillo proveniente
del Sol.
Muéstrame también el
iris que define
Tu don: reflector de
conciencias perdidas
En noches victorianas;
Muéstrame finalmente
tus manos y labios,
Los cuales no han de
gastarse
Merced a mi inocente
pasión...
Muéstrame el sello de
tu origen invicto:
El áureo grabado
tallado
En una fragua inmortal.
III
¿Qué hora puede ser,
Dulce niña,
Cazadora de Almas?
El tiempo no importa
Mientras el silencio
Nos envuelva
Y las miradas vaticinen
Eternidad.