Este
blog nace con el propósito de reunir una serie de archivos, datos e
investigaciones más o menos fiables sobre un extraño personaje que se ha
escurrido misteriosamente del devenir temporal de la historia. En algunos
círculos afines al ocultismo y a la antropología del siglo XIX se habla de una
mujer investigadora, de vida longeva, que se dedicó a estudiar todas las
disciplinas de la ciencia y las artes tal y como iban naciendo, evolucionando y
muriendo en ese tumultuoso periodo. Syldya Swanton fue un nombre que usó muchas
veces, aunque es un misterio si era auténtico o si de hecho fue bautizada de alguna forma. Pero el caso es que hay fragmentos manuscritos y testimonios
fotográficos que dan fe de que no estamos hablando de un ente enteramente
ficticio.
Si
de hecho su existencia y la de su entorno –un extraño archipiélago de islas que
parecen haber desaparecido de la faz de la tierra– son una continua fuente de
polémica entre historiadores y ensayistas, aun lo es más la teoría de que ella
misma era una autómata. Una figura artificial perfectamente humana en
apariencia, pero de una extraña naturaleza que unía un cuerpo de plástico del
que se tienen pocos datos sobre su funcionamiento y alguna misteriosa fuerza
vital que animaba esta carcasa casi perfecta. Su búsqueda parecía ser la de una
explicación a los misterios de la tierra y de la existencia, siendo el suyo el
mayor de todos. Desde “Retazos de Syldya” intentaremos dilucidar parte de este
enigma reuniendo artículos traducidos, imágenes, grabados de época y ensayos al respecto. Todo ello se concretará en el libro de próxima aparición publicado por Pyromid Ediciones, que poco a poco iremos avanzando aquí.
Tanto si estamos hablando de una época y una tierra fabulosas enterradas en el
terreno de las leyendas urbanas o si se trata de un misterioso juego literario
que ha sobrevivido durante siglos, esta claro que la clave reside en esta extraña
mujer artificial de largo cabello y, parece ser, ojos de color disparejo.
En cualquier caso, desde ahora mismo consideramos a Syldya Swanton un caso abierto.
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